Es diurno, su actividad
inicia temprano en la mañana y continúa a lo largo del día. Sólo adopta un comportamiento
semi nocturno si se siente amenazado. Deambula por el bosque buscando su
alimento; cuando lo encuentra lo toma con las patas delanteras y se los lleva a
la boca sentándose en sus patas posteriores, que son más largas: así puede comer
mejor y, a la vez, vigilar la llegada de posibles enemigos.
Se desplaza caminando pero puede trotar,
saltar o galopar. Es muy ágil y rápido. Normalmente se sienta en posición
erecta mientras dedica tiempo a arreglarse para eliminar parásitos, garrapatas
y ácaros. Si presiente el peligro se levanta, se le erizan los pelos de la
espalda y del anca, se mantiene inmóvil con una pata delantera levantada y de
ahí puede arrancar a gran velocidad de ser necesario. Puede dar grandes saltos
verticales y brincos de hasta 2 metros cuando sale despavorido.
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